domingo, 7 de noviembre de 2010

Cindy

Cuando muere alguien cercano y muy querido, es cuando nos damos cuenta realmente que la muerte existe. Bueno, por lo menos para mí así fue.

A los 14 años ya sabemos que es la muerte, que esta puede ocurrir en cualquier momento y a cualquier edad. Sin embargo y a pesar de mi edad creo que no la tomaba nada en serio, hasta el día en que mi abuelo murió.

Aquel día comprendí que es la muerte, que nadie a mi alrededor y mucho menos yo estábamos exentos. Mi abuelo estaba muy enfermo y era una persona mayor, sabíamos lo que pasaría y aun así no deja de dolerme en el alma y desear que él aun estuviera con nosotros.

Nuestro consuelo fue que había tenido una larga vida y una gran familia, ahora le tocaba ir a descansar. Aun así es difícil de sobrellevar, pero ¿Qué pasa cuando se trata de una persona joven, que murió en cuestión de segundo y que jamás pudo despertar para poder despedirse? ¿Cuál es la diferencia? ¿Duele más una muerte que otra?

Hoy, hace un mes que falleció una amiga de mi muy querida infancia.
Una mujer joven, sólo un año mayor que yo, que a pesar de cómo estaba encausando su vida, podía haber tomado otro camino. Estoy triste y me duele su partida por sus padres y hermana que también es mi amiga.

En los últimos años, no hice nada por ti y tal vez estoy siendo egoísta por que al escribir estoy sacando mi sufrimiento que en nada te beneficia, bueno creo que estas palabras ayudaran para de una vez dejarte ir a descansar.

Creo que tenia cuatros años cuando nos conocimos, mi familia y yo teníamos poco de haber llegado a la colonia, pero mi papá tan sociable como siempre estaba platicando muy amenamente con el vecino quien tenia dos hijas, con las cuales y gracias a los genes sociables de mi papá hice amistan muy rápido.

Cindy, su hermana y yo nos volvimos inseparables, desde aquel momento mi casa se convirtió en la de ellas y viceversa, no había día en que no jugáramos o peleáramos. Y debo admitir pasaba más tiempo en su casa que en la mía.

Pero el crecer es inevitable, los juegos, las muñecas y todo lo que nos unía se fueron. Pues ya pensábamos diferente, a una le preocupa como se veía, otra ya se interesaba por tener novio y la última pensaba que para que se preocupaba en esas cosas.

Sin embargo el cariño entre nosotras siempre se mantuvo, bueno Cindy y su hermana aunque se enojaran, gritaran y pegaran entre ellas, se amaban. Yo que nunca tuve hermanas, siempre he visto a mis amigas como si lo fueran. Ellas fueron mis primeras amigas, mis primeras hermanas.

Nuestros caminos se separaron, cada quien hizo su vida como mejor le pareció. Recuerdo que las pocas veces que me encontraba con Cindy ella me saludaba con una gran sonrisa, le daba mucho gusto verme y el sentimiento era mutuo. Podían pasar meses pero en algún momento, cuando menos lo esperaba nos topábamos.

Pero ahora se que ya no nos encontraremos, jamás volveré a darte un abrazo, ni ver esa sonrisa que asomaba en tu rostro cuando me veías y sobre todo nunca podré decirte cara a cara lo mucho que significas en mi vida y aunque en los últimos años nos distanciamos, siempre tendrás un lugar en mi corazón.

A veces me pregunto por qué Dios te ha llevado si eras tan joven, aun podías enmendar tu vida, pero las cosas pasan por algo, aun no comprendo tu partida y de todo corazón espero que el lugar en el que ahora estas sea mucho mejor, que la felicidad que aquí te falto la encuentres ahí, sobre todo deseo que obtengas paz.




Descansa En Paz
Cindy Karel Piñón Soto
03 abril 1987 – 07 octubre 2010

No hay comentarios: