Orfeo es uno de los héroes griegos más conocidos, músico, poeta, filósofo, amante y protagonista de diferentes historias que han pasado de boca en boca desde los Días Antiguos hasta la actualidad, a través de los siglos y los siglos. Además de músico y poeta, Orfeo fue un viajero ansioso por conocer, por aprender... Con tantas cualidades, no era de extrañar que las mujeres le admiraran y que tuviera no pocas pretendientes. Eran muchas las que soñaban con yacer junto a él y ser despertadas con una dulce melodía de su lira al amanecer (quien no xD). Muchas que querían compartir su sabiduría, su curiosidad, su vitalidad (a que se referirá con vitalidad mmm :/ )
Pero sólo una de ellas llamó la atención de nuestro héroe, y no fue otra que Eurídice, quien seguramente no era tan atrevida como otras y puede que tampoco tan hermosa... pero el amor es así, caprichoso e inesperado (¿así ehh?), y desde que la vio, la imagen de su tierna sonrisa, de su mirada brillante y transparente, se repetían en la mente de Orfeo, que no dudó en casarse con ella. Zeus, reconociendo el valor que había demostrado en muchas de sus aventuras, le otorgó la mano de su ninfa, y vivieron juntos muy felices, disfrutando de un amor que se dice que fue único, tierno y apasionado como ninguno.
Pero no hay felicidad eterna (uta ya se me hacia mucha belleza -_-), pues si la hubiera, acabaríamos olvidando la tristeza, y la felicidad perdería su sentido (diablos!! creo que eso es verdad :s)... y también en esta ocasión sobrevino la tragedia.
Quiso el destino que el pastor Aristeo quedara también prendado de Eurídice (Aristeo que no sabias que no debes desear la mujer de tu prójimo… osea como dijera mi amiga KarLa, ¡que desagradable!), y que un día en que ésta paseaba por sus campos, el pastor olvidara todo respeto atacándola para hacerla suya. Nuestra ninfa corrió para escaparse, con tan mala fortuna que en la carrera una serpiente venenosa mordió su pie, inoculándole (en términos del proletariado infectándole) el veneno y haciendo que cayera muerta sobre la hierba.
No hubo lágrimas suficientes para consolar el dolor de Orfeo (pues si era su esposa, que esperabas -_-), y una noche de las muchas que pasó en vela llorando a su amada, decidió que si hacía falta, descendería él mismo a los infiernos de Hades para reclamar a Eurídice (¿acaso no es lindo? =D). Fue un viaje duro, tuvo que enfrentarse al guardián de las puertas de los Infiernos, Cancerbero (un perro de 3 cabezas, así como fLofy “vease hp 1”), quien a punto estuvo de atacar pero que finalmente respondió a la música de Orfeo como otros tantos animales habían hecho anteriormente. Así fue como nuestro músico se internó en el submundo, sin cesar de tocar y de cantar su tristeza.
Cuentan que el mismo Hades se detuvo a escucharle (a mi me hubiera castigado encerrándome en el infierno, por cantar, o tal vez me corriera para no oírme mas xD), que las torturas se interrumpieron, que todos encontraron un momento de paz en la visita de Orfeo. Y los Señores del Infierno, Hades y Perséfone, quedaron conmovidos por la belleza del canto de Orfeo.
Así, decidieron devolver a la vida terrenal a Eurídice (wii tenemos un ganador =D), con la condición de que ésta caminase detrás de Orfeo en el viaje de vuelta al mundo de los vivos, y que éste no mirase atrás ni una sola vez hasta que no estuvieran en la superficie (a que desgraciados). Y ambos emprendieron la marcha.
El viaje fue difícil, lleno de penurias (que esperabas ¿azúcar, flores, muchos colore y la sustancia X?... ashh es el infierno!!). Eurídice seguía herida y débil, y las sombras se cernían sobre ellos amenazadoras, el frío se colaba en sus huesos, los tropiezos eran cada vez más frecuentes (como tiene tropezones esta mujer, se parece a la Viry xD). A punto ya de llegar a la salida, cuando los primeros rayos de luz traspasaron las sombras, Eurídice dejó escapar un suspiro aliviado, y Orfeo olvidó la orden de Hades y miró hacia atrás por un instante (así o mas tonto el hombre). Entonces su amada empezó a desvanecerse, pues la condición impuesta había sido violada, y aunque Orfeo se lanzó sobre ella en un abrazo que la retuviera, no fue más que aire lo que estrechó entre sus brazos.
Orfeo intentó entonces descender de nuevo al Hades, pero Caronte, el barquero de la laguna Estigia, le negó la entrada, y ambos apenas pudieron despedirse con una mirada a través de las aguas (snif, snif… Dobby opss esa es otra historia xD). Y aunque esperó Orfeo siete días con sus siete noches en el margen del lago, acabó viendo que era demasiado tarde para enmendar su error, y marchó a vagabundear por los desiertos, sin apenas probar bocado, acompañado sólo por su lira y su música.
Tiempo después, Orfeo tendría un triste final, y acabaría siendo descuartizado y los trozos de su cuerpo, divididos y esparcidos. Su cabeza les llegó a las Musas a la costa de Lesbos, navegando por el río, según se dice, aún moviéndose sus labios llamando a Eurídice, y fue allí donde las musas la recogieron y le dieron sepultura.
Al cielo subió su música, transformándose en la constelación que lleva por nombre la Lira, que contiene la estrella Vega, una de las más brillantes del firmamento, como brillantes eran los ojos de su amada Eurídice, que tal vez siga esperándole aún en el Infierno, acompañada por el recuerdo de su canto.
Talvez no literalmente, pero creo que cuando se ama, así como he escuchado que se sube al cielo y se tocan las nubes, también se baja al infierno pero sin querer hacerlo.
¿Estaríamos dispuestos a bajar a nuestro infierno emocional, para recuperar el amor?... tal vez no muchos, por que esto implicaría sufrir, desgarrarte por dentro por así decir, pero si no miras atrás quizá obtengas lo que buscas, y el haber sufrido habrá valido la pena.
No todo es felicidad, dicen que hay que sufrir para merecer, recuerda:
No hay felicidad eterna pues si la hubiera, acabaríamos olvidando la tristeza, y la felicidad perdería su sentido.